La pareja perfecta: el té y las pastas de té

La pareja perfecta: el té y las pastas de té

noviembre 1, 2025
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El Origen del Té: Desde China a la Tradición Británica

El viaje del té comienza en el Lejano Oriente, envuelto en una leyenda tan antigua como poética. La tradición china sitúa su origen hace casi 5.000 años, gracias al emperador Shen Nung. Se dice que, mientras hervía agua bajo un árbol para beber, unas hojas silvestres cayeron accidentalmente en su cuenco. Intrigado por el aroma y fascinado por el vigor que sintió al probar la infusión, ordenó su cultivo. Así, lo que comenzó como un fortuito descubrimiento, se convirtió en la segunda bebida más consumida del mundo.

Durante siglos, el té fue una bebida de monjes y aristócratas en China y Japón, valorada por sus propiedades medicinales y su capacidad para inducir la calma. Su llegada a Europa, y particularmente a Gran Bretaña en el siglo XVII, fue un punto de inflexión.

Fueron los británicos quienes lo elevaron a la categoría de ritual social. Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX cuando la tradición del «Afternoon Tea» se consolidó. Se atribuye a Anna, Duquesa de Bedford, la idea de tomar una pequeña comida a media tarde para calmar el «bajón» entre el almuerzo y la cena tardía.

¿Y qué mejor acompañamiento para esta bebida exótica y refinada que un bocado dulce y delicado?

Las verdaderas Pastas de Té que conocemos hoy—suaves, mantecosas, pensadas para fundirse en la boca—nacieron en las Islas Británicas, posiblemente en Escocia o Inglaterra, alrededor del siglo XII. Su receta básica es maravillosamente simple: harina, azúcar y, sobre todo, mucha mantequilla.

Al principio, el azúcar y la mantequilla eran bienes caros, lo que elevó a estas pastas a la categoría de lujo, un manjar reservado para las clases más pudientes que podían permitirse el carísimo ritual del té.

No fue casualidad que estas pequeñas creaciones se convirtieran en las compañeras predilectas del té de la tarde:

  1. El Contraste de Texturas: El dulzor mantecoso de la pasta complementa la amargura sutil de la infusión.

  2. El Tamaño Ideal: Su pequeño formato permite un bocado rápido y elegante, perfecto para un encuentro social sin necesidad de cubiertos.

  3. El Refinamiento: Al igual que la vajilla de porcelana y la etiqueta, las pastas sumaban un toque de distinción al ritual.

Pero la repostería, como la moda, evoluciona. Con el tiempo, la pasta de té se liberó de su sencillez obligatoria para abrazar la creatividad. La galleta base se convirtió en el lienzo perfecto para incorporar toques de sabor que enriquecen y modernizan el clásico ritual:

Pero la repostería, como la moda, evoluciona. Con el tiempo, la pasta de té se liberó de su sencillez obligatoria para abrazar la creatividad. La galleta base se convirtió en el lienzo perfecto para incorporar toques de sabor que enriquecen y modernizan el clásico ritual:

  • El Toque Frutal: ¿Quién puede resistirse a la dulzura de la mermelada de albaricoque o la acidez vibrante de una guinda confitada en el centro? Estas adiciones no solo aportan color, sino un contraste jugoso y aromático.

  • La Tentación Oscura: La adición de chocolate, ya sea en forma de chips, un glaseado espeso, o bañando media galleta, llevó a la pasta de té a un nuevo nivel de indulgencia, haciéndola atractiva incluso para los amantes del café.

  • Aromas Sofisticados: Desde el sutil perfume de la ralladura de limón hasta el toque cálido de la canela, hoy experimentamos con esencias que convierten cada pasta en una experiencia única.

Te invitamos a tomar una pausa, servirte tu bebida favorita (té, café o lo que desees) y degustar este trozo de historia dulce. Porque, al final, la verdadera magia de una pasta de té no está solo en su receta, sino en el placer simple de disfrutarla.

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